Cuento de Sanidad y El Secreto de Aloce

Autor: Blanca Luz Camucet

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Vive la vida con FE, y te mantendrás sano. Perdona, y olvida, no se quede revolviéndose en la herida.

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Estaba Carlos en cama con fiebre y algo aletargado, por efecto de las medicinas que tomaba.

Se despertó cuando escuchó la voz de su tía, se animó tanto que todos pensaron que estaba en franca recuperación, le pidió a su tía, cuéntame un cuento.

Allí estaba su tía Aline, quién con cariño tomó su mano y le dijo: Bueno, sólo si prometes mejorarte.

Carlos se rió y dijo que le contará un cuento de sanidad, Aline menudita y alegre, le dijo: Entonces te contaré un cuento de vida.

"Había una vez una niñita que jugaba en los jardines de un parque municipal, habia ido allí con su nana y su perro de lanas. Estaba como siempre imaginando ir a algún lugar lejos, su sonrisa al imaginar, hacía que María intentará adivinar que cosas atravesaban por su mente.
Aloce soñaba que era jinete de las nubes y que iba montada en ellas, sobre su hermoso carruaje algodonado, ella veía bosques, lagos, montañas, todo visto desde arriba en su carruaje era como todo armonioso, ordenado, todo calzaba perfecto y las cosas guardaban en su conjunto una magia indescriptible.
Todo observado a lo lejos, parecía decir, yo soy parte de aquí y de allá, soy al mismo tiempo que no soy. Aloce no comprendía eso, acaso era un me escondí y al mismo tiempo no estoy escondida.
Se despertó de su ensoñación y dijó a su perro, eres y no eres al mismo tiempo.
María quedo un poco extrañada con esta observación de Aloce, pero pensó que era un nuevo juego de Aloce. Aloce siempre fue una niña especial, daba tanto amor a los que le rodeaban, que María se sentía cerca de ella. Regresaron a casa en silencio algo había impresionado a Aloce en su observación del cielo, su ensoñación, habían sido sólo algunos minutos, pero era como un descubrimiento de sí misma.


Al llegar a casa, estaban sus padres discutiendo sobre el presupuesto y algo acalorados, no se detenían y se decían cosas muy feas. Aloce recordaba esos otros momentos en que sus padres, estaban armoniosos y amorosos entre sí, y como si sólo este nuevo pensamiento pudiera haberlos armonizado, callaron ellos un momento, y se miraron de nuevo, con un sentimiento de redescubrimiento. Qué pasaba en el mundo, sus padres estaban peleando y ahora algunos minutos después, se amaban y se perdonaban. Un sentimiento de amor le embargó los ojos, se le llenaron de lágrimas y abrazó a sus padres y les dijo que les amaba, que si alguna vez habia olvidado decirles que ellos eran muy importantes en su mundo. Sus padres pensaron que ella estaba triste por su discusión. Le dijeron a ella que no estuviera triste y que la querían mucho.
Aloce les explicó que no estaba triste, sólo que muchas veces las cosas no eran como parecían ser, sus padres se miraron extrañados y pensaron que tal vez María estaba filosofando en voz alta. Aloce les dió un beso de Buenas Noches y se fue a dormir.


Aún era muy temprano, el verano estaba dando sus últimos rayos del atardecer, se quedó observando las sombras, que se alargaban en la pared en la medida que el sol se guardaba, y asomaba su amor inalcanzable, sólo disfrutaban de algunos minutos juntos, en que solo se miraban ella en su pureza y él en su calor, que ruborizaba la tarde.


Aloce era una niñita puro amor, y tenía ideas de todo y se explicaba a sí misma el mundo, a veces compartía con su madre, sus reflexiones, sus ideas y sus explicaciones, algunas de ellas, dejaban a su madre un poco como sorprendida de su sentido de observación y de su madurez para darse respuesta a todo. Su madre a veces pensaba días largos en las cosas que le contaba Aloce, a veces tenia la idea de imponer sus ideas y conceptos de mundo, pero se frenaba, porque sentía que el tiempo, daría nuevas ideas y que era interesante escuchar sus argumentos.


Un día de esos de lluvia, Aloce no se quizó entrar cuando llovió en la tarde, se mojó toda, cantó, bailó con mucha alegría a la lluvia, a los pocos días de esta locura se enfermó, tosía y tosía, su padre llamó al doctor y él reviso a la niña y dijó que tenía pulmonía. El dolor que Aloce sentía cada vez que tosía, era angustiante sentia que moriría.


En esos días, María escuchó a Aloce hablar del ser y no ser, de estar y no estar, de cosas , que para ella eran algo incoherentes, su madre que ya le había escuchado conversar de ello antes, conversaba con la niña, para María la niña estaba muy enferma y delirante, para su madre solo estaba en un proceso de maduración y recuperación. Aloce solo desvariaba cuando sentía dolor en su espalda y pecho, en esos momentos alegaba con algunos seres en su mente, les decía porque matarme, si ya me asesinaron por la espalda y el frente, ya cumplieron su objetivo en esa oportunidad y María se angustiaba, solo rezaba pidiendo su salud y mejoría. Aloce les decia a sus visitantes delirantes que se fueran que nada tenían que hacer en su presente."


Carlos preguntó a su tía Aline, si ella creía que él se mejoraría. A lo que Aline preguntó a Carlos. ¿ Quieres mejorarte ?. Carlos respondió que sí con seguridad, entones su tía afirmó te mejorarás.  Carlos padecía de leucemia, el pronóstico era pesimista, pero pensó en Aloce, y pensó, por qué, para qué y qué hacer. Su tía continuó con la historia


"Entonces Aloce se recordó de sus últimas observaciones en el parque y pensó que debía volver a montarse en sus nubes y viajar, apenas tenía un pedacito de cielo que observar, justo pasó una nube en ese preciso instante, ella se subió a su carruaje, mientras observaba la armonia, sentía que su cuerpo entraba en una especie de remolino, al primer instante se angustió pero en la medida que observaba, sentía que éste le succionaba las partes más oscuras de su cuerpo, limpiándolo y renovándole de energía, era como un arco iris , subiendo y bajando, era un espectáculo, sentía que escuchaba una música y sentía que esta se coloreaba en el aire , a veces verde, rosa, azul cielo, dorado, a veces largas notas musicales, otras cortas, matizandose armoniosamente entre sí.


Al día siguiente Aloce, despertó feliz, sana, sin dolores, ni nada, su madre por precaución, espero un par de días, pero Aloce había conocido un secreto de los ángeles, cuando hay deseo y decisión todo se acomoda a nuestra voluntad."

¿ Qué piensas Carlos ? preguntó su tía al niño, y éste le dijo que ya sabía dónde estaba la sanidad, y ella le preguntó dónde ?. El le dijó en el corazón, con la decisión y voluntad.

Carlos está sano y fuerte, todo se convirtió en un viejo sueño, ahora ya es un hombre que cuenta este cuento a otros niños.

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CUENTO: DESCUBRIENDO EL JARDIN CON MILENA...